30 oct 2008
27 oct 2008
22 oct 2008
17 oct 2008
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16 oct 2008
DIA DE LA MADRE-SABADO 18 DE OCTUBRE
5 oct 2008
DEL CLUB DEL TRUEQUE AL GARAGE, NOTA LA VOZ DEL INTERIOR, Domingo 5 de Octubre, HACER CLICK SOBRE EL TITULO PARA IR A LA PAGINA DEL DIARIO
CBA | DOM 5 OCT | 12:47
Del club del trueque a la feria de garaje
Los sábados, frente al Paseo de los Artesanos, comercializan objetos usados. Rosa Bertino
Especial
En Río Ceballos se instaló una feria de garaje. La denominación de la cultura norteamericana de organizar ventas barriales de objetos y trastos que alguien ya no usa, pero que a otros le pueden servir, se aplica de manera cabal en pleno centro de la ciudad de Sierras Chicas.
Se hace los sábados, de 16 a 20, y ya no en un garaje, sino en un pasaje céntrico, justo al frente del Paseo de los Artesanos. La iniciativa surgió de un pequeño grupo de personas de toda edad, y suena a continuidad superadora. Todavía ronda el recuerdo del Club del Trueque que tenía lugar en el balneario Arco Iris, a la entrada de dicha localidad, y que llegó a ser uno de los más grandes de la zona.
Salida ocupacional. La pobreza que provocó la crisis de 2001 en Río Ceballos fue tremenda. La que quedó es menos pobre, valga la paradoja, pero estructural y difícil de remontar. Salvo en verano, cuando llegan turistas y no precisamente los “gastadores”, la salida laboral es muy limitada.
Los departamentos serranos atraviesan una larga sequía, literal y metafórica. Faltan recursos hídricos, pero también producción. La buena noticia es que las costumbres van cambiando. Se derrocha menos agua, y se buscan alternativas para subsistir dignamente.
La iniciadora de la feria de garaje de Río Ceballos se llama Gisele Rodríguez, tiene 25 años y recuerda que años atrás los domingos se levantaba bien temprano, para acompañar a su mamá al trueque. “Volvía del boliche y me ponía a enfrascar dulces o lo que hubiéramos preparado para trocar”, dice Gisele.
La mamá, Susana Polich, y la abuela Memé, añaden una cuota de madurez al lamentar que la mejora económica haya arruinado un proyecto de economía solidaria. Dichos clubes fueron quedando atrás, no sólo por el advenimiento de una relativa prosperidad sino por defectos inherentes a un sistema basado en una “moneda ficticia”. Varios clubes de trueque terminaron en procesos por estafa. Pero otros plantaron una semilla.
Hagamos algo. El impulso de “hacer algo con lo que uno tiene” sigue primando en la comunidad. “La primera feria surgió allá en abril, muy cerca del Día del Padre, tras la insistencia de mi mamá para que mostrara y sacara algún provecho de todos mis dibujos y pinturas de mi cursado en la Escuela Figueroa Alcorta. Así arrancamos en el garaje de casa. Hubo tortas, licores y obsequios, vinieron conocidos. Algo vendimos y nos quedó la idea”.
Hija y madre reconocen que el emprendimiento tiene raíz “truequera”. De a poco vuelven a verse caras de antes, y las ferias americanas hoy ocupan un módico espacio propio en Unquillo y La Quebrada.
En la de Río Ceballos no sólo se encuentran prendas usadas. Dos hermanas fabrican remeras y las venden a 25 pesos; se consiguen carteras a precios irrisorios, y se exponen desde cuadros a sandalias de factura doméstica. La consigna es que todo haya sido hecho o usado por el feriante o expositor.
Lo que sobra en casa puede servirle a otro. Esa es la consigna de la feria de Río Ceballos. Foto: LaVoz
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Celebro estas iniciativas. En verdad más allá del fin que perseguin son espacios sociales de encuentro, donde la palabra se reposiciona, la acción dignifica y la magia se instala. Es maravilloso entrar en este sitio y sentir la energía que flota en el aire, la cara sonriente de las personas que trabajan allì y la satisfacción del cliente que casi siempre encuentra lo que estaba buscando o mejor que es encontrado por algo que le roba el alma y el corazón. Siempre Río Ceballos marcando la diferencia, esa es su impronta, esa es su vía...